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viernes, 27 de abril de 2018

Brasil certificado por OACI

Cuando una aeronave despega en Brasil, ya sea civil o militar, o incluso cuando solo cruza el espacio aéreo nacional, es controlada las 24 horas por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). Esta es la misión del Departamento de Control del Espacio Aéreo (DECEA), una unidad de la FAB encargada del control de las operaciones aéreas civiles y militares que se realizan en los 22 millones de kilómetros cuadrados bajo jurisdicción de Brasil, de los que casi 8,5 millones de kilómetros cuadrados se sitúan sobre el territorio nacional, y los demás en el área marítima definida en acuerdos internacionales.
El flujo del tráfico aéreo es de responsabilidad del Centro de Gestión de Navegación Aérea, un organismo subordinado al Departamento de Control del Espacio Aéreo. (Foto: Fábio Maciel, Asesoría de Comunicación Social de DECEA)

Corresponde al DECEA planear, administrar y controlar las operaciones relacionadas con el control del espacio aéreo, las telecomunicaciones aeronáuticas y el área de coordinación de los Servicios de Búsqueda y Salvamento Aeronáutico Brasileño. Como organismo central del Sistema de Control del Espacio Aéreo, el departamento también cumple, entre otras funciones, con la de administrar el espacio aéreo, implantar procedimientos de navegación aérea y modificar la circulación aérea, así como evaluar objetos lanzados en el espacio aéreo en las cercanías de los aeródromos.

Según el General de la FAB Jeferson Domingues de Freitas, director del DECEA, para cubrir un área con proporciones continentales, el DECEA cuenta con cinco organizaciones regionales subordinadas: cuatro centros integrados de defensa aérea y control de tráfico aéreo en diferentes regiones del país y un Servicio Regional de Protección de Vuelo en São Paulo, encargado del área de mayor flujo de vuelos de Brasil. “Cada uno de esos sectores regionales se ocupa de administrar un área del espacio aéreo brasileño, tanto en lo que respecta al control del tráfico aéreo y la defensa aeroespacial como al Servicio de Búsqueda y Salvamento Aeronáutico Brasileño”, apuntó el Gral. Domingues.

El DECEA cuenta también con un organismo de gestión de flujo de tráfico aéreo, el Centro de Gestión de Navegación Aérea y el Instituto de Cartografía Aeronáutica. Estos organismos también se ocupan de desarrollar los trabajos relativos a la administración del espacio aéreo.

Control integrado del espacio aéreo

Un distintivo del control del tráfico aéreo en Brasil es que las operaciones aéreas civiles y militares se llevan a cabo de manera integrada. Para el Gral. Domingues, la gran ventaja de trabajar en conjunto es que tanto el control civil como el militar pueden visualizar en forma simultánea todo el tráfico, lo que les da una conciencia situacional diferenciada en cuanto al mantenimiento de la seguridad y la soberanía nacional. “Además de compartir equipos, infraestructura y recursos humanos, el control civil y militar integrado tiene un nivel elevado de respuesta inmediata para tomar medidas contra cualquier evento de tráfico ilícito que pueda suceder, y en los ejercicios de búsqueda y salvamento”, reveló.

Según el Gral. Domingues, los servicios de control de tráfico aéreo, información de vuelo, vigilancia aérea y alerta a las aeronaves militares en misiones específicas, son realizadas por los centros de operaciones militares y los organismos de control de operaciones aéreas militares, con la aplicación de las reglas de la Circulación Operacional Militar (COM). Además, llevan a cabo el control de las aeronaves en misiones de vigilancia del espacio aéreo, así como en apoyo a las misiones de auxilio en vuelo en casos necesarios. “En gran medida, las aeronaves militares vuelan en la Circulación Aérea General (CAG). Cuando hacen falta vuelos con parámetros técnicos y operativos específicos que la CAG no atiende, las aeronaves pasan a la COM”, explicó.
Las cartas aeronáuticas de las rutas aéreas brasileñas se producen en el Instituto de Cartografía Aeronáutica, subordinado al Departamento de Control del Espacio Aéreo. (Foto: DECEA)

Calidad certificada internacional

“El resultado del trabajo realizado por el DECEA fue certificado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en marzo de 2018. El departamento y el Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos pasaron por una auditoría de la OACI y ambos obtuvieron un resultado superior al 90 por ciento de cumplimiento en las respuestas para los más de 100 protocolos aplicados, lo que ha demostrado que el espacio aéreo brasileño cuenta con una estructura de excelencia para garantizar la seguridad de las operaciones de la aviación civil las 24 horas en el espacio aéreo brasileño”, enfatizó el Gral. Domingues.

De acuerdo con el oficial, el Estado brasileño integra el Grupo I en la OACI, que reúne a los países con índices más elevados de seguridad operacional, y se le reconoce como un fiel seguidor de las prácticas y recomendaciones aplicadas a nivel internacional. “En diversas áreas Brasil realiza operaciones internas y es reconocido como un ejecutor de buenas prácticas”, subrayó el Gral. Domingues. “En asociación con la implementación de sistemas de gestión de tráfico aéreo (ATS en inglés) y flujo de tráfico aéreo, la adopción de sistemas y tecnologías de disponibilidad de información aeronáutica, la aplicación de técnicas avanzadas de gestión y planeamiento del espacio aéreo y el uso de sistemas de comunicación por enlace de datos y de sistemas de vigilancia ATS, el DECEA está listo para posicionarse como uno de los espacios aéreos más modernos del mundo y, en consecuencia, uno de los más seguros”.

Navegación Basada en Rendimiento

Un ejemplo del sistema de administración es la Navegación Basada en Rendimiento (PBN en inglés), implementada en Brasil desde 2009. Según el General de División de la FAB Ary Rodrigues Bertolino, jefe del subdepartamento de Operaciones del DECEA, el sistema garantiza la seguridad operacional, la capacidad, la eficiencia, la accesibilidad y el impacto ambiental. “La PBN se puede explicar como un conjunto de requisitos de sistemas de navegación aeroembarcados, y especificaciones de navegación que permiten que una aeronave vuele en un determinado espacio aéreo con menos restricciones y desvíos. Así la aeronave vuela más cerca de su nivel operacional óptimo, lo que resulta en un vuelo más eficiente”, afirmó el Gral. de Div. Bertolino.

Según el oficial, el DECEA dio prioridad a la implementación de la PBN donde los resultados se pudieran observar de manera más inmediata, y las aeronaves tuvieran las capacidades de navegación necesarias para volar dentro de estos procedimientos. “Comenzamos en las ciudades de Brasília y Recife en 2010. Después realizamos el cambio en las áreas de control terminal (TMA en inglés) de São Paulo y Río de Janeiro en 2013; y a finales de 2017 en la región sur, en las TMA de Porto Alegre, Santa María, Florianópolis, Foz do Iguaçu, Navegantes y Curitiba. Asimismo, efectuamos la realineación de las rutas entre esas TMA, lo que resultó en el mayor proyecto de modificación del espacio aéreo de la historia del DECEA, con más de 400 procedimientos publicados a finales de 2017”, aseguró el Gral. de Div. Bertolino.

Los cambios de la PBN-Sur impactaron a cerca de 300 000 vuelos al año y redujeron 2650 kilómetros en recorridos de vuelo en esa zona, lo que generó una disminución en el consumo de combustible de las aeronaves de 2000 toneladas al año, de acuerdo con información publicada por la Agencia Fuerza Aérea. Sin embargo, el Gral. Bertolino explicó que el valor exacto de esos beneficios en la PBN-Sur todavía está en proceso, ya que la recopilación de datos y el análisis de los indicadores de posimplementación necesitan casi un año para consolidarse.

“Pero ya logramos identificar los beneficios en lo que respecta a una carga menor de trabajo para los controladores y pilotos, rutas más directas y con menos restricciones de ascensos y descensos y de aumento en la capacidad de los espacios aéreos involucrados. Además, se observa una reducción en el consumo de combustible, lo que genera una menor emisión de gases y partículas de materiales en la atmósfera”, subrayó el Gral. de Div. Bertolino. “Los próximos pasos incluyen la implementación de la PBN en las TMA del noreste, previstas para fines de 2019, y de la región norte, en 2020 y 2021”.

NOTA: Diálogo-América.com.es

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