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viernes, 8 de febrero de 2019

Finalizó gracias a 10 Controladores Aéreos

El 24 de enero, parecía que el cierre parcial del gobierno continuaría para siempre, dejando a más de 800.000 trabajadores federales en el limbo del impago. Pero el 25 de enero, el día 35 del cierre federal más prolongado de la historia, algo cambió: 10 controladores de tránsito aéreo decidieron quedarse en casa.

La ausencia de esos pocos trabajadores — seis en el norte de Virginia y cuatro en la Florida, cifras no reportadas anteriormente — suspendió temporalmente los viajes al aeropuerto La Guardia de Nueva York y causó retrasos en otros aeropuertos importantes, como Nueva Jersey, Filadelfia y Atlanta .

Sus acciones, junto con los problemas de personal que ya se gestaban en la Administración de Seguridad del Transporte, ayudaron a inclinar la balanza en Washington.

Con la amenaza de otro cierre si no se llega a un acuerdo antes del 15 de febrero, el impacto logrado por estos 10 controladores muestra tanto el poder de los trabajadores individuales como la vulnerabilidad de un sistema de aviación que afecta directamente la vida cotidiana en todo el país.

En muchos lugares de trabajo, 10 personas que se reporten “enfermas” no interrumpirían dramáticamente un día de trabajo. Pero estos controladores están altamente capacitados para una función específica y no pueden ser reemplazados fácilmente.

Para expertos en aviación, el impacto que esos controladores al reportarse enfermos tuvieron en unas pocas horas no fue sorprendente.

“Diez personas provocando problemas significativos de viajes aéreos parece perfectamente razonables, particularmente cuando se considera que las torres en las que trabajan controlan el tráfico en algunos de los espacios aéreos más concurridos”, dijo Peter Goelz, analista de aviación de CNN y exdirector gerente de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.

La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) se vio obligada a frenar el tráfico aéreo en algunos de los espacios aéreos más concurridos del país e hizo un alto en el aeropuerto LaGuardia de la ciudad de Nueva York debido a “un leve aumento de la licencia por enfermedad en dos instalaciones de control aéreo que afectan a Nueva York y Florida” dijo la agencia en ese momento. La FAA no confirmó el número exacto de ausencias cuando CNN se puso en contacto esta semana.

Seis controladores aéreos de las instalaciones de control de tráfico aéreo de Leesburg, Virginia, y cuatro controladores de tráfico aéreo en Jacksonville, Florida, se enfermaron ese viernes por la mañana, el segundo día en el que los trabajadores y contratistas federales no recibieron su cheque de pago.

“Tuvimos algunos controladores que se reportaron enfermos en el Washington Center, se trata de nuestro gran centro de rutas, y también en Jacksonville, y laboran sobre mucho espacio aéreo en el corredor noreste”, dijo a CNN Paul Rinaldi, presidente de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos.

Las instalaciones de control de tráfico aéreo de Jacksonville y Washington manejan dos áreas de mucho tráfico aéreo en el país a lo largo de la costa este. Los controladores de tránsito aéreo se aseguran de que los aviones se mantengan a una distancia segura entre sí en aire y tierra y despeguen de manera segura. También supervisan los aviones mientras están en rodaje y en la pista en los aeropuertos.

Debido a que la aviación está tan interconectada, un problema en una de las zonas con mayor tráfico del país puede causar un efecto dominó generalizado, y lo hizo. Después de que la FAA resolvió sus problemas de personal el 25 de enero, las demoras residuales continuaron a lo largo del día.

“El sistema es sorprendentemente sensible a cualquier tipo de interrupción y, una vez que comienza la interrupción, puede ocurrir en cascada a través del sistema causando un impacto mayor del que uno podría imaginar”, dijo Goelz.

Más allá de la naturaleza altamente especializada del trabajo, los controladores de tránsito aéreo tienen una reducida plantilla, por lo que no hay un grupo de controladores que puedan llenar los espacios cuando las personas dicen que están enfermas. Los controladores de tránsito aéreo tampoco pueden trabajar más de 10 horas al día, seis días a la semana, según Rinaldi.

“El sistema de control del tráfico aéreo está al límite debido a que una plantilla de controladores envejecida no es reemplazada en números que nos permitan mantener el sistema en expansión”, dijo Goelz. “Entonces, si le agregas una inadecuada dotación de personal en un turno, vas a ver un efecto dominó sustancial”.

Unas horas más tarde, mientras las demoras seguían acumulándose, Trump anunció que reabriría el gobierno hasta el 15 de febrero, aunque los demócratas y republicanos en el Congreso no llegaron a un compromiso sobre la financiación del muro fronterizo que él había exigido.

FUENTE: cnnespañol

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