Hace unos días se anunciaba la reconsideración de la privatización parcelada de Aena. Este cambio de rumbo abre una gran oportunidad para formular una estrategia internacional que permita a Aena mantener su posición de liderazgo en un contexto globalizado.
Aena, aeropuertos y navegación aérea, como ente público separado de la administración del Estado es una creación de principios de los 90. Representó entonces una iniciativa pionera en el entorno europeo y mundial.
Después de más de 20 años de andadura, necesita de un nuevo impulso que la mantenga en vanguardia a la vez que facilite su presencia y competitividad internacional. Sin duda la privatización es una opción si fortalece su posición estratégica.
El caso Aena, por su dimensión, experiencia y potencial presencia internacional puede, si se plantea adecuadamente, seguir un rumbo parecido al de Repsol o al de Telefónica, esto es convertirse en una multinacional española de referencia en un mercado globalizado.
Y si lo que se pretende es una Aena con presencia internacional, no parece que parcelar y ceder la gestión dispersa de sus aeropuertos sea lo indicado. Es como si Telefónica hubiera concesionado sus operaciones en Barcelona por un lado y en Madrid por el otro, dejándolas en manos de sus competidores.
El tráfico aéreo en España ha venido creciendo en los últimos 15 años dos puntos porcentuales por encima de las tasas medias experimentadas en Europa.
Mientras, la red de aeropuertos se ha actualizado enfrentándose a una serie de retos: 1) desarrollo simultáneo de grandes proyectos, 2) gestión de aeropuertos en casi todas las capitales de provincia con una perspectiva localista y a veces con exceso de volumen, y 3) estructura de salarios desajustada.
Mientras tanto, Aena ha cosechado éxitos significativos: 1) adecuando la capacidad de los grandes aeropuertos y del control de tráfico aéreo a la demanda creciente, 2) operando con tasas aeroportuarias bajas, 3) entrando cautelosamente en mercados internacionales, principalmente en Iberoamérica, 4) convirtiéndose en el mayor operador aeroportuario del mundo en términos de pasajeros y 5) disponiendo de uno de los sistemas de control de tráfico aéreo de mayor éxito, el sistema llamado SACTA, una referencia obligada para el Cielo Único Europeo, fruto de un esfuerzo realizado muy de la mano de otras empresas españolas de referencia como es Indra.
FUENTE: EXPANSION.COM - Publicado el 02-03-2012 por Víctor M. Aguado
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